El liderazgo no es un destino, sino un viaje que se construye nivel a nivel como lo hemos comprobado a lo largo de los años. En su icónico modelo, John Maxwell define cinco etapas que todo líder debe recorrer para inspirar, influir y marcar la diferencia.
Conocer estos niveles de liderazgo no solo te ayudará a coordinar de manera más efectiva, sino también a desarrollar equipos sólidos que impulsen el éxito organizacional. Acompáñanos en esta nueva entrada de nuestro blog para conocer cada una de estas etapas y así, ¡impulsar tu camino de liderazgo!
El primero de los niveles de liderazgo se basa en la autoridad formal. Aquí, el líder es obedecido por su cargo, jerarquía o título dentro de una organización. Aunque este nivel es necesario como punto de partida, también es el más básico y limitado. Algunos consideran esta etapa como ser “el jefe” y no un líder de verdad.
Durante el nivel 1, las personas siguen al líder porque "tienen que hacerlo" o “porque habrá consecuencias”. Las relaciones son superficiales y están impulsadas por la jerarquía, y a veces por el temor, más que por el respeto o la admiración.
Algunos de los riesgos de quedarse en el nivel 1 son:
Dependencia del poder formal.
Falta de conexión emocional con el equipo.
Baja motivación entre los colaboradores.
Para avanzar más allá de este nivel, un líder debe demostrar que puede aportar valor y generar confianza entre sus compañeros de equipo y subordinados. El respeto y la influencia no vienen con el título, se construyen con acciones y comportamientos consistentes y constantes.
En el segundo nivel del modelo de John Maxwell, el liderazgo comienza a basarse en las relaciones. Aquí, las personas siguen al líder porque quieren hacerlo, ya no porque tengan que o haya alguna consecuencia de por medio. Este nivel pone un énfasis clave en la conexión emocional y en la confianza mutua entre el líder y el equipo.
Un líder de nivel 2 comprende que el liderazgo es más efectivo cuando se construyen relaciones sólidas. Esto implica escuchar, comprender las necesidades del equipo y mostrar empatía y confianza.
Algunas claves para conquistar el nivel 2 son:
Fomentar un ambiente de confianza y respeto mutuo.
Invertir tiempo en conocer a los miembros del equipo como individuos.
Motivar a través de la inspiración y no sólo por reglas o mandatos.
Aquí, el líder no solo está preocupado por las tareas, sino también por las personas. Este enfoque genera un equipo cohesivo que está dispuesto a colaborar más allá de sus responsabilidades más básicas.
El tercer nivel de liderazgo se define por la capacidad del líder para generar resultados tangibles. Aquí se logra un desarrollo de líderes pues el enfoque está en cumplir metas organizacionales y lograr el éxito colectivo trascendiendo así el bien más allá del líder o de una sola persona.
Las personas comienzan a seguir al líder porque admiran lo que ha logrado. Este nivel no solo se trata de resultados financieros o de negocio, sino también de crear un entorno donde el equipo pueda prosperar.
El líder deberá desarrollar diferentes técnicas de liderazgo para lograr hacerse con estas características:
Ser capaz de establecer objetivos claros y alcanzables.
Inspirar al equipo a rendir al máximo.
Fomentar una cultura de responsabilidad y excelencia.
Ser un ejemplo de motivación para sus compañeros de equipo.
Un líder efectivo en este nivel no solo trabaja para cumplir metas individuales, sino que también crea una sinergia en el equipo, logrando que cada miembro aporte su máximo potencial y así, también sean capaces de lograr sus propias metas.
En el cuarto de los niveles de liderazgo de John Maxwell, el enfoque cambia de los resultados a las personas. Un líder de nivel 4 invierte tiempo y esfuerzo en el desarrollo de otros líderes. La prioridad es formar y empoderar a los miembros del equipo para que alcancen su máximo potencial.
Y es que, un líder no durará para siempre por lo que el líder se encargará de preparar a otras personas para ser capaces de liderar su propio equipo de trabajo. Este es considerado como el escalón final antes de llegar a ejercer un verdadero liderazgo efectivo y humano.
Este nivel es muy importante debido a lo siguiente:
Garantiza la sostenibilidad del liderazgo en la organización.
Permite al equipo crecer en habilidades y confianza.
Refuerza el impacto del líder al multiplicar su influencia.
Los líderes en este nivel actúan como mentores, compartiendo conocimientos y brindando oportunidades de desarrollo. Esto no solo beneficia a las personas individualmente, sino que también crea una organización más resiliente y adaptable.
El nivel 5 representa el máximo estándar de liderazgo. Aquí, las personas siguen al líder no solo por lo que ha logrado, sino también por quién es como persona. Este nivel está basado en el respeto y la admiración genuinos, alcanzados gracias a un historial consistente de éxito, ética y visión. Además, de que va más allá del liderazgo efectivo puro.
Un líder de nivel 5 deja un legado duradero. No se trata solo de resultados inmediatos, sino de crear un impacto positivo en las personas y en la organización que durará por mucho tiempo.
Ser un modelo de integridad y coherencia.
Inspirar a otros a alcanzar su propio potencial de liderazgo.
Mantener una visión a largo plazo que trascienda las metas individuales.
Contar con conocimiento en técnicas de liderazgo.
Trabajar en el desarrollo de líderes sin egoísmo ni soberbia.
Los líderes de nivel 5 suelen gravitar hacia entornos que reflejan su excelencia. Espacios como los que ofrecemos en IZA BC son ideales para fomentar un liderazgo trascendental. Estos espacios no solo facilitan la productividad, sino que también inspiran a los equipos a alcanzar niveles más altos de crecimiento y a reflejar excelencia y profesionalismo.
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