El miedo al fracaso está presente en todo individuo y organización. A la hora de emprender, la incertidumbre y la falta de confianza son factores comunes, e incluso sanos, porque permiten tener siempre los pies en la tierra. Lo importante es no paralizarse y aprender a manejar el miedo para ser más productivo.
El miedo es una sensación angustiosa que se anticipa a los hechos reales. Esto indica que el fracaso al que tanto se le teme es sólo una percepción ilusoria que puede estar (o no) basada en observaciones de la realidad, pero no deja de ser un pronóstico subjetivo.
Desde el punto de vista psicológico, se observan tres factores que condicionan esta sensación:
Estos factores suelen traducirse en conductas o mecanismos que bloquean la realización y el bienestar emocional, algunos ejemplos son:
Al observar estos mecanismos, es posible apreciar con claridad que el miedo al fracaso puede apartar o distorsionar la realidad llevando a la parálisis. Reconocerlos es el primer paso para superarlos
También es de gran ayuda conocer casos de emprendedores que ya los experimentaron. Además, recordar que estas emociones son inherentes al ser humano permite no sobredimensionarlas.
Realizar un análisis profundo con una planificación detallada del emprendimiento, además de ser una fase necesaria, provee seguridad y orden. Si bien es imposible tener control sobre los acontecimientos venideros, confeccionar una estrategia para abordarlos es crucial para superar el miedo y ser más productivo.
Establecer metas demasiado grandes alimenta el temor e inhibe la acción. Los objetivos deben ser realistas y considerar el contexto. Una opción estimulante es dar pequeños pasos, buscando resultados accesibles. Así, además de combatir el miedo, se mantiene la esperanza y motivación.
Gran parte de la inteligencia emocional depende de esta práctica. No dejarse llevar por emociones o pensamientos circunstanciales, relativizar y tener presente que un mal día no implica el fracaso absoluto, es fundamental para tratar con el miedo.
El potencial de una idea se verifica al compartirla y probarla con otros. En este proceso, esperar que toda persona la festeje o apruebe puede ser en extremo frustrante. La necesidad de aprobación excesiva boicotea la fe puesta en el emprendimiento. Si una idea tiene buena recepción, unos pocos opositores no determinan su futuro.
"La valentía no es la ausencia de miedo, es la capacidad de combatirlo", dice un dicho popular. El bienestar emocional no consiste en ignorar o negar los miedos, sino en enfrentarlos, entenderlos e, inclusive, tomarlos como motivación para crecer en cada aspecto de la vida.