Se le conoce como punto de equilibrio al número total de ventas que una empresa debe realizar para que al restar sus gastos pueda quedar en ceros; es decir: no perder, pero tampoco ganar.
Un empresario debe siempre conocer el punto de equilibrio de su empresa, porque este conocimiento le ofrece un punto de referencia cuando se trata de tomar decisiones acerca de una buena estrategia de negocio, e incluso para decisiones más operativas como continuar con una campaña de marketing o lanzar algún producto al mercado.
Encontrar el punto de equilibrio te permitirá conocer aspectos a mejorar en tu modelo de negocios.
Por ejemplo, si contratas algún servicio y gracias a lo que pagas por él no estás alcanzando el punto de equilibrio, lo mejor será cambiar de proveedor o encontrar la forma de optimizar costos.
De igual manera, puede hacerse con cualquier obstáculo para alcanzar el punto de equilibrio: identificar el problema y optimizar el proceso.
Primero, debes sumar todas tus salidas de dinero obligatorias o costos fijos, es decir aquellos que no dependen de la cantidad de productos o servicios producidos o prestados, como la renta de las instalaciones, sueldos, servicios, facturas, cuentas o servicios bancarios, entre otros.
Se dice que estas salidas de dinero son obligatorias porque deberás cumplir con ellas sin importar el volumen de tus ventas.
Alcances o no alcances tu meta de venta mensual, son costos que tienes que cubrir. Establece un período para estos gastos.
Ahora, debes sumar los gastos derivados de la manufactura y transporte de los productos que vendes. Céntrate en averiguar cuánto te cuesta producir cada una de las unidades.
Una vez que tengas ese valor unitario, multiplícalo por el número de piezas producidas en el período establecido anteriormente y como resultado obtendrás tus salidas de dinero variables.
Suma los costos fijos y los costos variables. Como resultado obtendrás el costo total de la operación. El mínimo necesario para que tu negocio pueda funcionar.
Considera el precio que el producto tiene o tendrá en su venta al público. A esta cantidad réstale la cantidad que te costó fabricar dicho producto.
Por ejemplo, si tu negocio es vender pizzas y producir una unidad tiene un costo total de 100 pesos, pero la vendes por 150 pesos, tu ganancia neta o utilidad será de 50 pesos.
Supongamos que en un semestre fabricas 3,000 pizzas, lo que daría como resultado un costo total de operación igual a 300,000 pesos.
Divide esta cantidad entre tu ganancia unitaria. En este caso: 300,000/50 = 6,000. Ese resultado significa que debes vender 6,000 pizzas para alcanzar el punto de equilibrio en tu empresa durante esos seis meses.
Si vendes esa cantidad no tendrás ganancias o utilidades, pero tampoco pérdidas.
Tener claro tu punto de equilibro te puede ayudar en varios aspectos. Uno de ellos es el análisis de mercado. Si seguimos con el ejemplo de las pizzas, tal vez quieras lanzar una nueva pizza, pero desconoces cuál va a ser la reacción de tu mercado.
En estos casos puedes comparar el desempeño de las pizzas anteriores: ¿han llegado sin problemas a superar el punto de equilibrio? Sí o no, y por qué.
Por supuesto, cada producto debe tener su propio punto de equilibrio, pero artículos similares suelen tener un desempeño parecido.
Ahora que ya sabes todo sobre el punto de equilibro te será más fácil planear una estrategia de negocio y visualizar tus finanzas a mediano plazo. ¡Ponlo en práctica!