Un buen empresario tiene que ser un excelente comunicador. Como embajador y representante más importante de su marca, es esencial que se pueda transmitir de forma clara, precisa y concisa qué es lo que ofrece la marca como propuesta de valor, así como las cualidades que la hace únicas.
Pese a que puede sonar bastante sencillo, es una tarea que no sólo requiere de un buen diseño de mensaje, sino que además requiere de práctica.
Existen comunicadores innatos que pueden transmitir con claridad los mensajes que les convienen de forma muy eficiente, sin embargo, para el resto de las personas esta tarea requiere de más esfuerzo y una estrategia de comunicación.
No obstante, un empresario no sólo debe ser un buen comunicador fuera de la empresa, sino dentro de la misma también.
Esta habilidad, menospreciada por muchos líderes, se vuelve una de las más valoradas por los empleados, pues un líder que pueda transmitir de forma clara lo que espera de su equipo en cada situación que se presenta es una necesidad que retribuye directamente en la efectividad y los resultados que se entregarán.
La confianza de un líder es un buen estímulo para el equipo de trabajo, pues saben que están en el camino de una buena dirección.
Por ello, percibir que no se están obteniendo los resultados debe de ser uno de los detonantes para realizar algunos cambios en cuanto a esta habilidad, siempre teniendo en cuenta que todo lo necesario para ser un buen comunicador se pueden adquirir con práctica y muy poco esfuerzo.
Existen tres áreas fundamentales de la comunicación ejecutiva en las que se puede mejorar como líder: escrita, orales y la no verbal. En las tres áreas se debe tener en mente que lo primero en lo que se debe trabajar es en la asertividad.
La asertividad en la comunicación es una habilidad altamente efectiva en el mundo ejecutivo, pues es la base de una buena negociación o de órdenes precisas. Se trata del comportamiento que busca hacer crecer la capacidad de comunicar las ideas, sin que se deriven problemas de manera equilibrada y con sentido común.
Dentro de las empresas, los que cuentan con habilidades de comunicación asertivas no son agresivos y pueden decir fácilmente que “no”, sin someterse nunca a la voluntad de los demás, pero dejando claro el camino hacia la negociación, siempre buscando aportar valor para su organización.
Dentro de las habilidades escritas y orales, las prácticas más efectivas son una buena oratoria y una buena redacción. En cuanto a la oratoria, la habilidad para hablar en público, estamos hablando de sumar puntos en las presentaciones de negocios, así como la tarea de transmitir confianza al interior de la organización.
En el caso de la comunicación escrita, se debe prestar atención a los detalles. En los negocios, la ortografía, la sintaxis y la claridad juegan un papel fundamental en cuanto a la seriedad del personaje detrás del mensaje escrito, pero además demuestra alta atención a los detalles, así como de la correcta instrucción y uso del lenguaje.
Tanto en el caso de la comunicación ejecutiva escrita y oral, los negocios y las empresas requieren dejar los mensajes claros que no se presten a malas interpretaciones o a confusiones, creando malos entendidos que complican las operaciones y generan problemas y desconfianza, atentando contra en cumplimiento de metas, expansión empresarial y cierre de ventas.
Los directores son una de las caras más visibles de la empresa y por tal motivo deben cuidar todos los mensajes que se den, tanto al exterior como al interior de la empresa y sin olvidar que no sólo lo que se dice con palabras, sino lo que se comunica con acciones.
Por ello es importante que toda la comunicación que sea premeditada, con mensajes preparados y, si se puede, ensayados también.
La idea es no dejar nada al azar y contemplar las posibles reacciones de los interlocutores o la audiencia, ya que desde un mensaje de ventas como uno público deben contener los elementos de la comunicación necesaria para obtener los resultados que se desean.
Este es uno de los puntos más esenciales y que no se contempla la importancia de hacer un mensaje los más sencillos de entender.
En ocasiones, es común que los directivos o dueños de las empresas usen términos complejos, llenos de jerga propia del sector o del interior de la empresa.
Se debe tener siempre presente que se interactúa con diferentes personas, las cuales pueden no ser tan cercanas al área de especialidad.
En lo que a comunicación al interior de la empresa se refiere, se debe contemplar la opción de siempre ofrecer críticas constructivas que ayuden a mejorar, en lugar de dañar la relación.
En ocasiones, el cómo se transmiten los mensajes es más importante que lo que se dice con palabras. Por ello, y en línea con el consejo 1, se debe tener preparado lo que no se dice con palabras.
Se debe cuidar la vestimenta, el contacto físico, el tono, el contacto visual, las expresiones faciales, la postura y hasta el saludo y la despedida, para dejar las impresiones que se quieren transmitir.
Para usar el lenguaje correcto se debe ubicar el tipo de audiencia a la que se está hablando, tratando de moldear el mensaje para que encaje en lo que se quiere transmitir y cómo se desea comunicarlo.
Esencialmente, esta debe de ser una regla de comunicación humana, pero como parte de la comunicación ejecutiva debe ser uno de los puntos principales puesto que permite entender qué es lo que está buscando el interlocutor y la audiencia, y así ofrecer una solución.