En México se está generando un cambio importante: los avances y herramientas tecnológicas abren la puerta a nuevas oportunidades de emprender un negocio, por lo que un gran número de personas y empresas con espíritu innovador se han dado a la tarea de detectar oportunidades de mercado, problemas no resueltos o necesidades no cubiertas para emprender una compañía capaz de satisfacer estas carencias.
Gracias a esta mentalidad, nuestro país obtuvo el tercer lugar en Latinoamérica dentro del ranking de The Global Innovation Index 2017.
Las empresas innovadoras no solo investigan el mercado cuando van a lanzar un producto, si no que están conscientes que en estos tiempos de evolución tecnológica constante, el cliente y el mercado cambian a la misma velocidad y es necesario estar atentos para detectar cualquier tipo de oportunidad.
La generación de ideas es un proceso constante e involucra a todos los miembros de la organización. No se cierran ante métodos de trabajo que les funcionaban a ellos o a otros en el pasado, sino que están abiertos a adoptar nuevas metodologías en sus procesos.
Un negocio innovador en México se distingue de los demás porque ha abandonado sus antiguos métodos, buscando abrazar una cultura empresarial con las siguientes características:
Por ejemplo, utilizando la metodología de Design Thinking o diseño creativo de negocios, que consiste en pensar tal como lo haría un diseñador de producto, poniéndose en los zapatos del consumidor final para comprender qué es lo que realmente desea. Se fomenta el trabajo en equipo en un ambiente divertido y despertando el sentido curioso que lleve a investigar, desarrollar y experimentar.
Entre los beneficios de innovar está la disposición del equipo de trabajo para apoyarse de herramientas tecnológicas que agilicen los procesos, a diferencia de las empresas tradicionales que normalmente se enfrentan a la resistencia de sus empleados para adoptar nuevos métodos de trabajo, sobre todo de quienes llevan muchos años laborando ahí.
El fracaso no es algo malo, es un aprendizaje y una oportunidad. Por ejemplo, la metodología de Innovación Disruptiva, que consiste en crear un nuevo producto rompiendo las normas habituales.
Su creador Clayton Christensen lo define como el convertir un producto complicado y caro en uno barato y sencillo.
La innovación es un proceso multidisciplinario donde todos aportan ideas, estos negocios utilizan metodologías enfocadas en la generación de ideas y el trabajo colaborativo
No se trata tan solo de innovar a veces, sino de tomar la generación de ideas y búsqueda de oportunidades como elemento esencial de su filosofía.
Las empresas mexicanas con cultura innovadora tienen algunas características en común: saben trabajar en equipo, se focalizan en objetivos pequeños para alcanzar metas mayores que tienen muy bien definidas, y saben que para emprender un negocio se requiere de perseverancia y disciplina.
No tienen temor a explorar nuevos mercados y no se desaniman ante barreras comunes como problemas burocráticos, falta de canales de distribución, desconfianza de los consumidores o poco apoyo de las autoridades.
Además, sus equipos no se intimidan ante los grandes monopolios que buscan acaparar el mercado, porque están convencidos de los beneficios de innovar para alcanzar el éxito empresarial.