La Cantina Tradicional Mexicana es sinónimo de buenos tragos, música que se corea de mesa en mesa y cocina memorable.
A lo largo y ancho de México estos "templos de dos puertas", los llamó Salvador Novo, se multiplican para dar cobijo a quienes buscan disfrutar o encontrar solidaridad y empatía para sus preocupaciones. En la barra de tu cantina favorita sabes que serás escuchado sin juicios en los días malos, y consentido cuando es momento de festejar.
Desde las primeras tabernas, pulquerías, tendajones y vinaterías coloniales, pasando por la época dorada cantinera en los años 50, hasta llegar a la tardía inclusión de las mujeres como parroquianas en 1982, con lo cual por fin entramos de lleno en la modernidad, las cantinas mexicanas son espacios de fraternidad social, etílica y culinaria por excelencia, donde las sobremesas se eternizan, se cierran negocios y nacen amistades para toda la vida.
Comenzaron como lugares donde se podía beber y comer cosas sencillas para reponer fuerzas después de las pesadas jornadas laborales, y fueron transformándose al pasar los años, hasta convertirse en verdaderos bastiones de la gastronomía popular, con un recetario empírico de cientos de botanas y guisados que acompañan los tragos, cumplen antojos y recrean los sabores más añorados.
En sus fogones se da un interesante sincretismo gustativo, por la policromía de las diferentes culturas que conviven en nuestro México: como base, la comida de los distintos pueblos indígenas que intercambian ingredientes, técnicas y sazones entre sí, con el maíz como producto central, más las técnicas y platos clásicos franceses y españoles; a esta conjunción criolla se fueron sumando las herencias de los africanos, andaluces, árabes cristianos y judíos, asiáticos, askenazis, asturianos, caribeños, castellanos, catalanes, gallegos, libaneses, portugueses, sefarditas, sudamericanos y vascos que llegaron al Noreste y a las demás regiones de la República buscando refugio y nuevas oportunidades.
Buena parte de lo que hoy es la cocina mexicana es resultado de esa amalgama. La cantina es un espacio emblemático de nuestra cultura, y qué mejor que El Botanero Monterrey para continuar y honrar esta historia que ha dado tantas aportaciones a la cocina y a la coctelería contemporáneas.
Tenemos la suerte de contribuir a mantener viva esta tradición de siglos, trayéndola hasta el México actual, y es un placer recibirlos en ésta su casa, donde cantineros y cocineros estamos para servirles.
¡A degustar, disfrutar y convivir, que a eso venimos!
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