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Jefes que declinan la productividad de sus empleados

Escrito por Humberto Ibáñez | 09-abr-2018 12:30:00

Existe una estrecha relación entre el liderazgo y la productividad de una organización. Por lo tanto, gracias a un buen jefe es posible lograr el éxito de un proyecto, ya que él se encarga de guiar y dirigir el equipo hacia la consecución de las diferentes metas. 

Sin embargo, hay jefes que con su accionar inadecuado declinan la productividad y motivación laboral y por ende, aumentan la irritabilidad de sus colaboradores.

Entre sus malas prácticas comunes, que no ayudan para nada al crecimiento de la organización, destacan las siguientes:

Enviar emails o llamar fuera de las jornadas laborales

Por más talentosos o dedicados que sean los colaboradores, necesitan descansar, recargar baterías y dedicar tiempo a sus asuntos personales.

Enviarles emails o llamarlos fuera de las jornadas laborales es como esperar que trabajen 24/7; algo que los hará sentir presionados, exhaustos e incluso estresados; incidiendo negativamente en su productividad laboral.

Multitask en juntas de trabajo

Desarrollar múltiples tareas a la vez puede ser considerado sinónimo de eficiencia. Pero lo cierto es que hacerlo durante las juntas de trabajo disminuye la productividad laboral. 

Los gerentes que frecuentemente envían correos electrónicos durante las reuniones tienen 2,2 veces más probabilidades de tener colaboradores directos que también realicen múltiples tareas en las juntas de trabajo.

Este no es el problema de fondo. La verdadera falla radica en que el multitask desconcentra por breves segundos tanto a los que lo ejecutan como a los que les rodean.

Y esos segundos de desconexión pueden ser fundamentales para entender metas, estrategias y puntos importantes de un proyecto en ejecución.

Micromanaging

Es imposible que una sola persona pueda realizar todas las tareas de una organización. Además, resulta en extremo molesto para los trabajadores tener un jefe que les esté diciendo todo el tiempo cómo hacer las cosas. 

A los colaboradores hay que dejarles claros los objetivos de su trabajo, darles las herramientas necesarias para alcanzarlos y dejarlos que exploten todo su potencial.

Ser cuello de botella para los procesos

Hace referencia al líder que insiste en ser la persona encargada de aprobar todos los pasos de un proyecto o proceso, aun cuando se trate de detalles menores.

Esto reduce la productividad laboral porque frena la actividad de los empleados hasta que el jefe emita la respectiva aprobación.

Si los colaboradores son experimentados y competentes hay que dejarlos que asuman la toma de algunas decisiones, a fin de agilizar los procesos y hacerlos sentir más útiles para la organización.

Un líder que impulsa la innovación y el desarrollo de sus colaboradores tiene todas las de ganar.

No dar feedbacks útiles 

El mal líder se preocupa poco por retroalimentar el trabajo de los colaboradores. Esto incide negativamente en su productividad porque no les permite saber qué están haciendo bien y qué están haciendo mal, a fin de que potencien sus fortalezas y aborden las áreas problemáticas.

No preguntarles a los colaboradores qué necesitan para mejorar su trabajo

Un directivo poco experimentado asume que su equipo cuenta con todo lo necesario para desarrollar un proyecto. El buen jefe duda de ello y les pregunta a los colaboradores su opinión al respecto.

Así las cosas, es posible que las personas hablen sobre la necesidad de un nuevo software, una computadora más rápida u otras herramientas para optimizar los procesos. 

Esto es de vital importancia porque, si la organización cuenta con el presupuesto para suplir dichas necesidades, la productividad puede aumentar en porcentajes considerables. 

Estas son las acciones que un director debe evitar si no quiere declinar la productividad laboral. Además, debe mostrarse reacio a toda práctica que impida la innovación y limite la creatividad de los colaboradores.

De ese modo tendrá trabajadores felices, factor fundamental para el crecimiento de una organización.