Sin duda, el impulso propio por realizar las actividades de forma correcta, intentando dar un plus, es fundamental para que tu empresa opere de manera proactiva y alcance las expectativas de los distintos proyectos que emprenda.Sin embargo, en vida y trabajo es imposible lograr cosas completamente solo. Por eso, lo más recomendable es que apliques algunas de las siguientes estrategias para enfocar a todo el equipo laboral hacia el mismo objetivo: No olvides que la planeación estratégica es constante.
Los beneficios de una planeación estratégica van desde el aumento de la productividad hasta generar una mayor cuota de participación de mercado.
Sin embargo, no es tarea de un solo día: la administración o plana directiva debe dedicar bastante tiempo a su monitoreo, evaluación y modificación, de acuerdo con las coyunturas causadas por la volatilidad propia del mercado.
No puedes hacer muchas cosas al mismo tiempo ni esperar que tu equipo de colaboradores las haga por iniciativa propia. Asigna funciones de acuerdo con las prioridades del proyecto y las habilidades de cada integrante del grupo de trabajo.
Si tú no crees en lo que haces, nadie lo hará. Por eso, para alcanzar las expectativas de los proyectos que dirijas tienes que trabajar a diario en potenciar esa energía que surge de tu interior y te impulsa a lograr en vida y trabajo cosas que otros ni siquiera consideran.
Piensa en charlas motivacionales, libros sobre la materia y, sobre todo, una actitud positiva que te permita enfrentar los desafíos diarios. Solo así podrás potencializar el crecimiento de tu empresa.
Alcanzar las expectativas de tus proyectos no va a ser fácil. Si lo fuera, cualquiera los llevaría a cabo y el resultado no sería tan satisfactorio.
Por eso, tienes que mostrar un alto compromiso por alcanzar las metas, y reflejarlo en tu actitud y conducta hacia el trabajo. Ya verás cómo esta forma de actuar se convierte en tu misma motivación personal.
El mundo cambia constantemente y tú no puedes tener el control sobre ello. Sin embargo, sí puedes tener el control sobre tu conducta y la manera en que asumes el cambio.
Si las cosas no resultan como estaba presupuestado, reevalúa la situación y modifica lo que sea necesario. Ten presente que las estadísticas señalan que la mala gestión del cambio representa el 25% de las causas de fallas en un proyecto.
Si no sabes a ciencia cierta de qué trata el proyecto y su contexto en general, difícilmente podrás delinear objetivos, indicadores de rendimiento y estrategias para lograrlos.
O tal vez sí lo hagas, pero luego de cometer muchos errores, aprender sobre la marcha y dilapidar recursos, un lujo que muchas empresas no pueden darse.
Antes de crear expectativas, asegúrate de que son alcanzables y medibles. Para ello, evalúa la disponibilidad de recursos para el proyecto y la capacidad técnica para cumplir cada uno de sus objetivos.
Algo importante con respecto a estas recomendaciones, es que tanto la motivación personal como el compromiso y la adaptación al cambio son valores que deben ser transmitidos a todo el equipo de trabajo. Recuerda que en el mundo empresarial no logras nada de manera individual.
Finalmente, es importante que midas el ROI de todos tus proyectos. De acuerdo con las estadísticas, 60% de las empresas no lo hacen, dificultándoles el hecho de determinar la productividad lograda al alcanzar las expectativas.