Pese a que la flexibilidad que ofrece es entendida mayormente como una ventaja, las empresas aún se encuentran en proceso de aprender a gestionar esta cualidad del trabajo remoto.Y es que el home office no es precisamente una utopía: las organizaciones han debido adoptarlo en un intento por adecuar sus modelos de negocio a la digitalización.
De hecho, el 60% de los directores financieros en México consideran que la modalidad híbrida continuará operando después de la actual cuarentena. Sin embargo, así como la flexibilidad laboral ha dado excelentes resultados para algunas organizaciones, muchas otras continúan intentando retomar sus niveles de productividad.
Antes de 2020, algunas empresas se negaban a iniciar un proceso de digitalización y brindaban sus servicios de forma tradicional, recurriendo a los medios digitales únicamente para facilitar pagos. En este sentido, la necesidad de una mayor preparación tecnológica es también uno de los motivos por los que, para ciertos sectores e industrias, la transición repentina al teletrabajo ha sido todo un desafío.
En México, hoy en día, se estima que solo el 37% de las empresas buscan mejorar sus procesos por medio de trabajos más flexibles. Y es que para las empresas grandes y medianas, un modelo híbrido resulta más sencillo que para aquellas que se encuentran en sus comienzos y cuyo modelo de negocios no estaba pensado para la digitalización desde el inicio.
De hecho, a nivel nacional las medianas empresas han tenido la capacidad para invertir más en su transformación digital que las pequeñas. Lo que constituye una de las razones por las que el trabajo remoto no es opción para todos.
Si bien esta ha sido una herramienta útil para muchos trabajadores, para los cargos de alta gerencia puede resultar más complicado. Lo mismo sucede con las empresas que ofrecen servicios médicos, asistenciales o de alojamiento.
Más que establecer una comparación del tipo home office vs esquema híbrido, es importante conocer sus diferencias para evaluar cuál de estos modelos de trabajo flexible respondería mejor a las necesidades de un cargo o empresa.
La diferencia más notable entre el home office y un modelo híbrido es que el primero es 100% remoto, lo que lo vuelve adecuado para perfiles con poca interacción cara a cara y sin necesidad de equipo altamente tecnificado o de producción.
Un modelo híbrido, en cambio, busca mantener el balance entre el trabajo presencial y el remoto. Para este esquema, la colaboración y la interacción cara a cara no pueden ser reemplazadas.
En el mismo orden de ideas, dos de sus ventajas frente al trabajo remoto son facilitar el cumplimiento de horarios y la concentración en el rol que cada individuo asume dentro de la empresa.
Pese a que la flexibilidad ha sido un cambio favorable para los empleados, el no poder mantener un adecuado balance entre trabajo y familia puede representar un obstáculo para el crecimiento laboral individual y de las organizaciones.
En una oficina es sencillo enfocarse y asumir un rol empresarial, tomando una actitud mucho más seria y formal, de modo que la mente y el cuerpo se predisponen a ser mucho más productivos, mientras que el trabajo desde casa puede llegar a tener importantes distractores.
Los motivos van desde la inadecuación del espacio hasta la demanda de atención por parte de la familia. Para que un trabajador pueda concentrarse, priorizar y trabajar, deberá contar un espacio de trabajo físico adaptado para llevar a cabo sus actividades sin interrupción.
Por otro lado, tener la rutina, el horario fijo y la diferenciación de espacios que ofrecen las oficinas ayuda a enfocar la atención de acuerdo con la actividad.
Aunque el teletrabajo ha significado para las organizaciones compatibles con este esquema, un ahorro de hasta el 36% de tiempo en algunos sus procesos, tampoco es posible negar la necesidad de un espacio exclusivo para el trabajo físico.
Nunca será igual trabajar desde un sillón frente a la televisión, donde el ambiente en sí es un factor de distracción, que hacerlo desde un escritorio junto a compañeros que pueden potencializar y motivar la labor individual y colaborativa.
Por otro lado, durante las jornadas de trabajo remoto es posible que se presenten problemas técnicos frente a los que el trabajador deberá hacer las veces del departamento de soporte, lo que podría retrasarlo en sus tareas.
En el proceso de encontrar la mejor opción para cada actividad empresarial, adaptarse a las nuevas circunstancias y tendencias es clave para implementar cualquier modelo de trabajo flexible. Sin embargo, mantener o incrementar productividad es una meta que no tiene por qué pasar a segundo plano.
Sin importar que se trate de una empresa en crecimiento, cuya búsqueda sea consolidar su imagen corporativa, hasta una gran organización en busca de espacios para incentivar relaciones interpersonales a través del trabajo presencial, en IZA contamos con la solución adecuada.
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