En cualquier ámbito de la vida, la felicidad es un estado que se construye día con día, y es razonable que los individuos emprendan una búsqueda constante hacia lo que les produce satisfacción. Si bien, la habilidad de encontrar la felicidad, es tan importante como la capacidad de mantener una actitud de resiliencia.
La construcción de una mentalidad resiliente es una forma de procurar el bienestar y el desarrollo de uno mismo a largo plazo, ya que es un medio para encarar la adversidad. Si deseas enterarte de cómo cultivar esta habilidad, ¡sigue leyendo! Enseguida te compartimos los detalles.
La resiliencia es la capacidad de manejar y adaptarse a situaciones difíciles de forma sana, es decir, es una forma de crecimiento personal en la adversidad. Es considerada una habilidad de gran importancia, debido a que con frecuencia, emociones como la ira, la tristeza o la frustración, se manifiestan a través de conductas poco saludables.
Encontrar una manera de afrontar tiempos complicados no quiere decir que los individuos deban evadir o invalidar la experiencia de sentimientos negativos, sino gestionarlos, hacer de ellos una fortaleza y un aprendizaje valioso.
Es importante mencionar que existen cuatro dimensiones de la resiliencia: La física, la emocional, la mental y la social.
La capacidad de recuperarse de eventos negativos es parte fundamental del crecimiento personal y la estabilidad emocional, ya que se trata de un proceso de autoconocimiento y replanteamiento del yo.
Mantener una mentalidad resiliente es uno de los componentes de la salud mental, espiritual, y del éxito profesional.
Construir una forma de pensar orientada a la adaptación y el crecimiento, es un proceso que se lleva a cabo de forma diaria, y depende de forma significativa del optimismo, de la búsqueda de apoyo y las herramientas adecuadas.
Para ello, te planteamos a continuación una serie de estrategias que se pueden aplicar para conseguir esta capacidad, tanto en la vida personal como en la profesional.
El autoconocimiento es una forma de introspección, es decir, es una mirada hacia nuestro interior, una reflexión sobre uno mismo, mediante la cual, conocemos cuáles son nuestras fortalezas, deseos, debilidades y limitaciones.
Conocerse a uno mismo es importante para la salud mental, ya que está directamente relacionado con la inteligencia emocional, la construcción y aceptación de la identidad así como la tranquilidad con el entorno.
El mindfulness es la capacidad de mantenerse plenamente consciente del presente, sin que el pasado o cualquier tipo de juicio interfiera en la experiencia. Esta práctica es útil para la reducción del estrés o la ansiedad, ocasionadas por situaciones que sobrepasan a la mente.
Asimismo, la meditación y los ejercicios para alcanzar un estado de mindfulness, están relacionados con el cuidado físico y la gestión de emociones negativas.
Sobrellevar situaciones complicadas no podría ser posible sin el apoyo de familiares o amigos cercanos. Contar con la presencia y el afecto de personas en las que confiamos es un impulso para el crecimiento personal, además, la seguridad que pueden transmitirnos es una de las necesidades psicológicas de los seres humanos.
Para construir y mantener relaciones significativas puedes considerar lo siguiente:
Desarrolla habilidades comunicativas.
Pon en práctica tu empatía e inteligencia emocional.
Dedica tiempo a tus relaciones interpersonales.
Practica la escucha activa.
Una herramienta para mentalizarse desde la resiliencia es el Modelo de Grotberg, que consiste pensar en tres fuentes de fortaleza, permitiendo a los individuos afrontar cualquier tipo de situación. Para poner en práctica este ejercicio de reflexión, es importante responderse a uno mismo lo siguiente.
Se trata de elementos externos con los que se cuentan y que pueden ser un apoyo significativo, por ejemplo:
Yo tengo una red de apoyo.
Yo tengo una profesión que me gusta.
También expresado como yo estoy, es un referente para las fortalezas y herramientas internas.
El yo puedo es para las herramientas sociales y emocionales desarrolladas
Yo puedo desenvolverme con confianza.
Yo puedo resolver problemas.
El crecimiento post-trauma, se refiere a la capacidad de las personas, no solo de recuperarse de situaciones difíciles, sino de que también se encuentren nuevas perspectivas sobre sí mismos y el entorno, además de que, mediante la superación y el crecimiento, se cultiva la fuerza interior.
Es importante recalcar que la construcción del bienestar y el crecimiento van de la mano con la introspección, la paciencia con uno mismo y la búsqueda de las herramientas adecuadas para alcanzar este fin. No obstante, la ayuda de profesionales de la salud mental también es parte relevante del proceso.
En el ámbito laboral, la resiliencia también es una capacidad necesaria, ya que permite a los colaboradores adaptarse a situaciones difíciles. Otro pilar de la estabilidad dentro del trabajo, son los espacios óptimos y cómodos.
Para ello, en IZA te ofrecemos el diseño de espacios inspiradores, adaptados a las necesidades de cada equipo, y que te permitirán aumentar la sensación de bienestar. ¡Contáctanos si deseas saber más!