Aunque no hay consenso absoluto acerca de cuándo empezar a considerar a una persona como millennial o perteneciente a la Generación Y, en la inmensa mayoría de los casos se utiliza la década de 1990 como referencia. Los aspectos más importantes a tener en cuenta es que esta generación creció durante la transición desde el mundo analógico a la era digital, y paso de utilizar cintas de casete, vídeos VHS, diskette o teléfonos fijos a utilizar CD, memorias USB y telefonía móvil.
Si hay un aspecto que hay que destacar, es el de versatilidad y adaptación rápida a los cambios.
En 2020, los millennials alcanzarán el 50 % de la fuerza de trabajo global, de manera que las empresas han de tener en la agenda la contratación de estos profesionales.
Hay que destacar, en primer lugar, que esta generación creció en un mercado laboral inestable y, por lo tanto, cuando realmente les gusta su trabajo, trabajan duro para mantener su puesto.
Son varias las ventajas que pueden aportar para aumentar la productividad de la compañía a corto plazo.
Los millennialls son campeones en innovación en las empresas por varios motivos. En primer lugar, por su capacidad de adaptación a distintos contextos y, en segundo lugar, porque cuentan con un buen nivel de calificación académica que están deseosos de aplicar en la práctica.
No hay que olvidar que un millennial, por regla general, es capaz de hacer varias cosas a la vez.
La mayoría maneja más de un idioma y posee un muy buen dominio de la tecnología, con lo cual son capaces de optimizar tiempo y recursos.
Para el trabajo en equipo, los millennials suelen ser profesionales que responden bien, han sido entrenados para cooperar con otras personas desde la etapa escolar, por lo cual son más sociables, lo que favorece el buen ambiente en la oficina.
Antiguamente, el trabajo en equipo se evitaba porque se consideraba que podía tirar hacia abajo la productividad, pero hoy sucede que las actividades que aportan mayor valor añadido tienen que realizarse entre varias personas, de ahí que convenga que un trabajador esté en condiciones psicológicas de asumir el reto.
Son trabajadores más ambiciosos, lo que supone un plus para la innovación en las empresas y en los resultados empresariales, pues no se conforman con el paradigma clásico y quieren mejorar.
Un problema recurrente es no tener alternativas, lo cual está muy relacionado con la falta de motivación del empleado. Además, no se trata solo de recibir una retribución justa por el trabajo, sino de que este contribuya a su realización personal.
Aspectos como la innovación en las empresas están sujetos al capital humano como elemento fundamental.
En este caso, contar con trabajadores que crecieron durante la trasformación digital es importante, pues permitirá ganar en competitividad.
Por este motivo, apostar en aspirantes jóvenes para trabajar en una empresa, más que un riesgo, es una importante inversión de futuro para mejorar los procesos de la compañía.