1. Planear cada uno de tus días laborales
A veces no es suficiente con tener en mente lo que se tiene que hacer, hay que dividir las tareas en corto, mediano y largo plazo, de esta manera es más sencillo organizarse. Así que escribirlas en un papel y ordenarlas de acuerdo a las prioridades del día ayudará a que avances diariamente hacia el logro de tus objetivos.
Asimismo, además del tiempo, la planeación es necesaria en cualquiera de los procesos y en las diferentes áreas del negocio, pues esto contribuye a que no se desperdicien recursos de todo tipo. Organizarse permite ser más eficiente.
2. Tener en claro el modelo de negocio y la estrategia
Para atraer inversionistas es indispensable tener claridad de cuál es el objetivo de negocio y cuáles son las acciones a realizar para alcanzarlo. De esta manera serás más convincente al momento de vender tu proyecto.
3. Medir los resultados financieros
Una vez hecho lo anterior, toda cantidad de dinero que se desembolse debe tener un retorno de inversión (ROI). Sobre todo si tu negocio se encuentra en una etapa inicial, prioriza los gastos hasta que sea tan rentable que se pueda gastar dinero en acciones cuyo ROI es difícil de medir, como en estrategias de branding, por ejemplo.
4. Darte a conocer
Puedes tener el negocio más novedoso, pero si nadie lo conoce no destacará de los demás. No se necesitan grandes inversiones para lanzar una campaña de marketing que llegue a tu público meta, por ejemplo, las redes sociales son plataformas que pueden ayudarte a ser visible para tus posibles clientes.
5. Balancear el trabajo y el tiempo libre
Si esto no se logra es muy probable que el desgaste físico y la falta de tiempo para realizar otras actividades ajenas al trabajo puedan mermar considerablemente la productividad y evitar que la creatividad fluya. Estar en otros ambientes lejos de la oficina puede hacer que los sentidos se despierten y surjan ideas poco convencionales que se apliquen al negocio.
6. Formarse continuamente
Hacer crecer tu negocio requiere de conocimientos en la materia, para ello es recomendable tomar cursos con frecuencia, ya sea presenciales o en línea. Acude con mentores o lee sobre temas de gestión de empresas, liderazgo, entre otros que se relacionen con la industria en la que estás involucrado.
Finalmente, sean cual sean tus propósitos recuerda que es importante la constancia para que estas buenas intenciones no se queden en el tintero y se conviertan en hábitos redituables durante todo el año.
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