Considerado por muchos como el padre de la inteligencia emocional, Daniel Goleman es una auténtica eminencia en el campo. Responsable de grandes teorías y libros increíbles como “La inteligencia emocional”, Goleman marcó un antes y un después en este tema.
Es por eso que hoy te hablaremos no sólo sobre quién es este reconocido autor, también te contaremos más sobre su obra, los componentes de la inteligencia emocional y por qué son tan importantes.
El destacado psicólogo, autor y periodista científico estadounidense, Daniel Goleman, nació el 7 de marzo de 1946 en Stockton, California. Hijo de una profesora de sociología y un profesor de humanidades, Goleman fue criado en un hogar judío.
Daniel Golemán estudió en la Universidad de California en Berkeley. Su formación académica fue de alto nivel. Realizó su doctorado en psicología en la Universidad de Harvard, además de conseguir su postdoctoral en el Social Science Research Council.
Durante 12 años, Goleman trabajó como redactor para The New York Times. Asimismo, se especializó en ciencias del comportamiento y del cerebro. Su libro más conocido es La Inteligencia Emocional publicado en 1995 y actualmente es un best seller mundial.
Además de sus contribuciones en el campo de la inteligencia emocional, Goleman ha escrito sobre una variedad de temas. Entre ellos está el autoengaño, la creatividad, transparencia, meditación, aprendizaje social y emocional, así como la crisis ecológica.
Volviendo al libro de Goleman sobre inteligencia emocional, queremos destacar que este habla sobre una de las habilidades blandas más valiosas, que es gestionar tus emociones con inteligencia.
Para ayudarte a lograr esto, aquí abordaremos cuáles son los 5 componentes de la inteligencia emocional según la obra de Goleman.
El autoconocimiento es la piedra angular de los elementos de la inteligencia emocional. Implica tener una comprensión clara de nuestras emociones, fortalezas, debilidades, valores y motivaciones.
Este componente permite a las personas entender cómo sus emociones afectan sus pensamientos y comportamientos. Además, de mostrarles cómo estas también pueden impactar en los demás.
El segundo de los componentes de la inteligencia emocional se refiere a la capacidad de controlar o redirigir nuestras emociones disruptivas. También nos habla sobre cómo responder ante los cambios abruptos de una situación, circunstancia o persona.
Autorregularse significa pensar antes de actuar y manifestar integridad y madurez emocional. La autorregulación ayuda a las personas a mantenerse calmadas cuando están bajo presión, y afrontar los desafíos de manera constructiva.
Daniel Goleman expresa en su libro que la automotivación es el impulso interno para perseguir nuestros objetivos con persistencia. Esta se manifiesta en una actitud positiva frente a las oportunidades y desafíos.
También podemos definirla como la capacidad de demorar la gratificación en pro de metas a largo plazo. Las personas automotivadas suelen ser altamente productivas y efectivas en lo que se proponen, según la inteligencia emocional.
La empatía es la habilidad de entender los sentimientos y perspectivas de los demás. Una vez lo hagas puedes usar ese entendimiento para guiar tus acciones y tomar mejores decisiones considerando sus consecuencias.
Cuando una persona es empática, puede reconocer y responder adecuadamente a las señales emocionales de los demás. Esto es vital para la comunicación efectiva y la construcción de relaciones tanto personales como profesionales.
De acuerdo con el libro, para interactuar y comunicarnos con los demás es necesario contar con habilidades sociales. Estas incluyen una amplia gama de competencias como la capacidad de influir, liderar, negociar y resolver conflictos.
Además, las habilidades sociales permiten a las personas construir redes de apoyo, trabajar bien en equipo y fomentar ambientes positivos. Cabe señalar que estas aptitudes son el resultado de desarrollar los demás elementos de la inteligencia emocional.
En el mundo de los negocios, la inteligencia emocional se ha convertido en una habilidad indispensable para el éxito. No se trata sólo de números y estrategias, sino también de gestionar las emociones propias y las de los demás con inteligencia.
Aplicar lo dicho por Daniel Goleman en los negocios es muy simple. Básicamente se trata de saber reconocer y gestionar las emociones, tanto las tuyas como las de los colaboradores y los clientes en un entorno empresarial.
Con estas habilidades puedes adaptarte a diferentes escenarios. También puedes enfrentar desafíos de manera efectiva, mejorando así la comunicación, el liderazgo y la toma de decisiones.
Un líder debe entender sus propias emociones para evitar que estas afecten su desempeño. Por ejemplo, cuando está triste o enojado y cómo manejar las críticas negativas o mal intencionadas.
Un gerente puede demostrar autorregulación al mantener la calma bajo presión y no tomar decisiones precipitadas basadas en sus emociones. Por ejemplo, cancelando un proyecto sólo porque se retrasó.
Un empleado con buena actitud puede encontrar la motivación interna para enfrentar obstáculos. Por ejemplo, si un trabajo es desafiante, el colaborador puede recordar sus metas a largo plazo y usarlas como motivación.
Un líder empresarial empático puede entender y compartir los sentimientos de sus empleados. Por ejemplo, si un trabajador está lidiando con problemas personales, un líder empático puede ofrecer flexibilidad y apoyo.
Un vendedor con fuertes habilidades sociales puede construir relaciones sólidas con sus clientes. Por ejemplo, puede usar su habilidad para comunicarse eficazmente y entender las necesidades del cliente para darle la mejor atención.
Ahora que ya conoces cuáles son los componentes de la inteligencia emocional de Daniel Goleman, te invitamos a aplicarlos y comprobar cómo es que estos pueden cambiar tanto tu desempeño en tu vida diaria como profesional.
En resumen, la inteligencia emocional te puede brindar herramientas únicas que te serán de gran utilidad para dominar tus emociones en lugar de que las emociones te dominen a ti.
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