La empresa familiar cuenta con un gran potencial para ser competitiva, longeva y exitosa, esto se debe, principalmente, a los valores, el esfuerzo y una enorme fuente de inspiración proveniente de sus fundadores.
La capacidad para reinventarse, reponerse a las dificultades, cultivar resiliencia y mantener el espíritu emprendedor son las principales fortalezas de este tipo de negocios.
Lograr este tipo de solidez conlleva un proceso cuidadoso de organización y planificación.
En este artículo repasamos los aspectos más importantes para incentivar el entusiasmo, crear oportunidades y potenciar el crecimiento en las generaciones de relevo.
En una empresa familiar, los esfuerzos por mantener el espíritu emprendedor deben dirigirse especialmente hacia los hijos. Ellos serán los encargados de dar continuidad al legado, los sueños y los proyectos de la familia.
Cuando se trata de incorporar a los hijos a la empresa, es importante considerar algunos aspectos como la madurez, la vocación y los intereses personales.
De esta manera, no solo será más sencillo generarles un interés genuino por el negocio familiar. También será más fácil incorporarlos en actividades y responsabilidades adecuadas a sus talentos y pasiones.
El proceso de incorporación requiere una fase inicial de diálogo donde podemos conversar sobre la situación de la empresa y los proyectos futuros.
Sin embargo, lo más importante será centrarnos en las oportunidades de desarrollo profesional que podrán obtener nuestros hijos con su participación en la empresa familiar.
Todo lo relacionado con la incorporación debe hacerse realidad a través de la profesionalidad y las oportunidades de crecimiento. Esto con el fin de garantizar el bienestar y el compromiso de nuestros hijos, así como el éxito del negocio.
La incorporación de los hijos a la empresa familiar representa una gran satisfacción y tiene muchos aspectos positivos. Una mayor capacidad de adaptabilidad y la creación de relaciones de confianza duraderas son solo algunos de los más importantes.
Sin embargo, es un proceso complejo por lo retos que implica. Encontrar la manera más efectiva para garantizar el crecimiento de la empresa sin afectar las relaciones familiares es uno de los principales desafíos.
Aunque los valores, expectativas y la estructura de cada familia son diferentes, existen aspectos que permiten manejar una administración familiar adecuadamente. A continuación, mencionamos los más importantes:
Es fundamental contar con un organigrama y asignar funciones específicas que permitan organizar mejor el trabajo y ayuden al crecimiento. Definir bien los roles de cada integrante ayudará a mantener un buen clima laboral y a evitar conflictos internos.
El éxito de toda empresa es la comunicación. No solo debes explicar las funciones específicas de cada rol. También es importante ofrecer un feedback objetivo para que puedan valorar sus logros y saber en qué pueden mejorar.
Para una dinámica de trabajo saludable y eficiente, los hijos deben cumplir con horarios y exigencias establecidas en la normativa de la empresa. De la misma manera, deben recibir beneficios como una buena remuneración y vacaciones.
El emprendimiento es la base sobre la que se sustentan las empresas familiares. Innovar y mantener un buen programa de capacitaciones son estrategias clave para potenciar el espíritu familiar emprendedor y el crecimiento.
Tomar resoluciones rápidas y llevarlas a cabo de forma eficiente es lo que permite a la empresa adaptarse para garantizar su continuidad. Además, en términos de crecimiento, este solo es posible asegurando que se mantenga un sistema ágil de toma de decisiones.
Nuestros hijos nacen con una indudable herencia genética, pero sus vidas son modeladas, en gran medida, por las interacciones familiares.
En un negocio familiar, son estas interacciones, los valores y el ejemplo los elementos clave para una continuidad exitosa de la organización.
El sentido de pertenencia, el apego a la historia familiar y la solidaridad no solo irán conformando lo que podríamos llamar su patrimonio emocional. Son atributos que también funcionarán para que los padres seamos ejemplos a seguir.
La suma de estos rasgos son los fundamentos sobre los cuales operará la empresa familiar y se proyectará hacia el futuro.
Construir un legado familiar sólido es clave para desarrollar una propuesta de valor que atraiga, vincule y fidelice a nuestros clientes y consumidores.
Es fundamental para la continuidad de una empresa familiar que como líderes mantengamos el espíritu emprendedor como un legado que trascienda generaciones.
La incorporación de los hijos al negocio es un proceso en el que la familia y la empresa colaboran estrechamente. De esta manera, el resultado final será una trayectoria profesional exitosa que reporte satisfacción para todos.
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En nuestros espacios podrás tener reuniones de trabajo, definir nuevas metas o hacer seguimiento de iniciativas. Conoce las ventajas de contar con soluciones a la medida de tu negocio.
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