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Efectos de la fluctuación del peso sobre empresas y cómo mitigarlos

Escrito por Jorge Herrera Fernández | 30-ago-2022 14:00:00

El tipo de cambio es uno de los principales indicadores económicos utilizados por  especialistas para analizar el desempeño del país y la confianza que existe por parte de los inversionistas extranjeros en el mismo.

México, a lo largo de su historia, ha vivido periodos difíciles en los que el valor de la moneda se ha visto severamente afectado por factores internos (el error de diciembre en 1994) o factores externos (la crisis financiera en 2008). Estos eventos relativamente recientes, generaron grandes pérdidas para la economía mexicana, retrocediendo el bienestar de la  población en general y creando un sinfín de quebrantos para empresas de distintas  industrias. 

¿Qué se vive hoy en la economía mexicana?

Hoy en día nos encontramos ante un nuevo riesgo causado inicialmente por los  efectos de la pandemia COVID-19 y por las dificultades vividas en el intento por  reactivar la economía: desabasto, inflación, rebrotes, alza en precios de materia prima, Guerra de Ucrania, etc.

En estos periodos de incertidumbre, el peso  mexicano alcanzó su peor nivel histórico versus su contraparte norteamericana al tocar los 25.338 pesos por dólar el 23 de marzo del 2020. Sin embargo, tan solo 7 meses después, la moneda mexicana ya había recuperado su valor y se encontraba, increíblemente para muchos de nosotros, por debajo de los 20 pesos por dólar. Estos movimientos tan abruptos causan que la planeación en las empresas sea mucho más compleja, sobre todo cuando se tiene operación en monedas distintas al peso.

El resultado de las empresas públicas en México está sujeto a las condiciones  económicas del país, las cuáles a su vez se ven fuertemente reflejadas a través de  la cotización del peso mexicano en los mercados internacionales. Si bien, reconocemos que el valor del peso respecto al dólar no es la única medida de  bienestar económico en México, en este artículo lo tomaremos como parámetro clave para medir el desempeño de las acciones que conforman el Índice de Precios (IPC) de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). 

Tomando en cuenta un periodo de 5 años (junio 2017 – mayo 2022), se hizo una  correlación entre el precio de las acciones que conforman el IPC y la cotización del  peso versus el dólar. La correlación mide el grado de inferencia que tiene una  variable sobre otra variable. Lo que estamos midiendo en este caso es qué tanto se  vieron afectadas las acciones del IPC por movimientos en el peso. Una correlación  del 100% significaría que el peso y el precio de la acción se comportaron exactamente igual mientras que una correlación negativa ejemplificaría acciones en las cuáles el precio aumentó cuando el peso se depreció. 

Un fortalecimiento del peso mexicano reflejaría una mayor confianza de los  inversionistas extranjeros en el país y por lo tanto un mayor retorno derivado de la  obtención de más dólares al momento de realizar sus ganancias. Debido a esto, suena congruente que dentro del top 5 de empresas que se vieron beneficiadas por el fortalecimiento del peso se encuentren 2 instituciones financieras mexicanas  (Banorte y BanBajío) y el mercado accionario mexicano en general (BMV). Mayor análisis requiere el entendimiento de porqué Liverpool y OMA se encuentran dentro de este top 5, pero la relación más clara sería que un fortalecimiento del mercado interno (peso mexicano) genere un mayor poder adquisitivo en la población que a su vez genere gasto en bienes de consumo y viajes

La única acción del IPC en la que obtuvimos una correlación negativa fue en Gruma.  Este efecto podría explicarse en cierta medida por la fuerte presencia que tiene la  Compañía en Estados Unidos y por lo tanto una disminución en sus ingresos cuando  el dólar se deprecia. Sin embargo, existen distintos otros factores que afectan el precio de una acción y en ese sentido se obtuvo una correlación más bien cercana a cero, donde no existe una clara relación entre el precio de la acción con el peso.  

De las emisoras con menor correlación respecto a la cotización del peso mexicano  (América Móvil, Coca-Cola y Genomma), vale la pena mencionar que cuentan con  tesorerías muy sofisticadas en las que probablemente exista una estrategia de  coberturas que hacen que la fluctuación del peso mexicano sea mitigada evitando  afectar los resultados financieros y márgenes operativos de la Compañía.

Sin tomar  en cuenta otros factores de correlación que existen con el peso mexicano como lo son el crecimiento económico del país, la inflación y el endeudamiento del gobierno, el escenario ideal para las empresas sería que su correlación con el peso mexicano fuera cercana a cero y que, por lo tanto, sus resultados dependieran únicamente de la operativa diaria del negocio y su talento, pero no de factores de mercado como el tipo de cambio, tasas de interés y precios de materia prima que están ajenos a su control. 

Independientemente de la correlación que pudiera llegar a existir entre la cotización  del peso y el precio de las acciones dentro de la BMV, es importante que las tesorerías generen estrategias de administración de riesgos financieros que aseguren que el desempeño se vea poco o nada afectado por factores externos a  la operativa diaria. A continuación, se detallan los pasos sugeridos para una  planeación de coberturas:

  1. Diagnóstico – Entendimiento de los flujos de efectivo de la Compañía para  evaluar los ciclos y los periodos en los que exista una exposición al tipo de  cambio por descalce entre ingresos y egresos por moneda, financiamiento  sujeto a tasas de interés variables y resultados expuestos a los precios de  materia prima.

  2. Perfil de Riesgo – Cada empresa es única y por lo tanto se debe crear una  política donde se establezcan los parámetros de riesgos conforme a las  mejores prácticas de la industria y a las particularidades del negocio y evitar  así un mal manejo en derivados como ya ha ocurrido en casos muy sonados.

  3. Estrategia – En el mercado mexicano existen distintos instrumentos  financieros derivados que podrían cubrir los requerimientos de mitigación de riesgo. Sin embargo, debemos entender los pros y contras de cada uno para  determinar cuál se ajusta mejor al modelo de negocio específico.

  4. Implementación - Asegurar la correcta aplicación de la estrategia a través de asesoría especializada con el objetivo de crear un área de administración de riesgos y segregar funciones, de tal manera que no se incurra en riesgos operativos que antes no existían.

  5. Evaluación – Tanto la operativa de la empresa como las condiciones de  mercado son dinámicas, por lo que se recomienda un análisis periódico para  determinar si es necesario realizar modificaciones a la estrategia y asegurar  que las contrataciones se realizan a un precio justo.

  6. Cumplimiento - Asegurar el cumplimiento del correcto registro contable bajo  normas nacionales o internacionales.

Los derivados han sido injustamente satanizados por malas prácticas que inclusive  han llevado a grandes corporativos a la quiebra. El riesgo en México por la fluctuación del tipo de cambio es algo con lo que hemos aprendido a vivir y en  muchas ocasiones desafortunadamente aceptamos ese riesgo por la falta de conocimiento y/o miedo a utilizar derivados.

Sin embargo, no debemos de perder de vista que este tipo de instrumentos que nacieron como una alternativa para cubrir riesgos de mercado y que, si son utilizados de forma correcta o somos bien asesorados, nos ayudan a asegurar márgenes operativos.

También es cierto que muchas veces estos instrumentos son usados como especulación para ganar dinero cuando creemos que el mercado se dirige hacia cierta tendencia. El secreto está en crear un plan 360° en donde se establezcan completamente las reglas del juego para obtener los beneficios buscados y evitar sorpresas.

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