Aunque no lo parezca, las personas exitosas también albergan temores. Uno de los más comunes se conoce como el síndrome del impostor, un temor relacionado con el éxito profesional.
Se trata de un trastorno psicológico en el cual las personas exitosas son incapaces de asimilar sus logros. Quienes lo padecen tienden a minimizar sus habilidades y subestiman el hecho de merecer el éxito que han logrado.
En este artículo te explicamos cómo este síndrome puede afectarte en tu trabajo y te proporcionamos un test para aprender a reconocerlo. Además, te contamos las claves para superarlo de manera eficaz.
Es un trastorno psicológico en el que una persona se siente incapaz de merecer la posición que ocupa a nivel laboral, académico o social.
Aunque existan pruebas que validan sus capacidades, quienes tienen el síndrome del impostor suelen dudar de su inteligencia, creatividad y formación profesional.
Al tener una visión distorsionada de la realidad, estas personas siempre atribuyen su éxito a la suerte u otro factor externo, pero nunca consideran que sus logros se deben al hecho de haber trabajado para conseguirlo.
Un rasgo común entre quienes padecen este trastorno es sentir que sus logros están basados en una mentira o una especie de fraude, por lo tanto, tienen un temor constante de que los demás puedan descubrir su falta de mérito y competencias.
Factores como la personalidad, el estrés, el pesimismo y antecedentes con malas experiencias laborales pueden influir en el desarrollo del trastorno.
Una baja autoestima, inseguridades a nivel personal y una constante obsesión con el perfeccionismo también contribuyen a la aparición del síndrome del impostor.
El síndrome del impostor afecta notablemente la vida laboral de quién lo padece, ya que le impide disfrutar de sus logros. Al no poder sentirse un buen profesional también puede tener problemas para tomar decisiones y aportar soluciones a los problemas.
En algunas ocasiones puede haber una reducción de la motivación asociada a la falta de confianza en sí mismo, progresivamente, esto puede afectar la productividad y causar que la persona comience a postergar sus tareas cada vez con mayor frecuencia.
Si no lo abordas correcta y oportunamente, el síndrome del impostor puede convertirse en un factor limitante para alcanzar tus objetivos y crecer profesionalmente.
El siguiente test consta de 6 preguntas bastante simples. En cada una deberás seleccionar la opción con la que mejor te identifiques. Podrás elegir entre las siguientes opciones en cada pregunta:
A) Siempre
B) A menudo
C) Algunas veces
D) Nunca
Pregunta 1: ¿Aunque te esforzaste mucho para llegar a donde estás, sientes que tus logros se deben a un golpe de suerte o situaciones ajenas a ti?
Pregunta 2: ¿Cuando superas un desafío con éxito al final sientes que pudiste haberlo hecho mejor?
Pregunta 3: ¿Te cuesta delegar tareas porque consideras que el resultado no te va a satisfacer?
Pregunta 4: ¿Piensas que debes conseguirlo todo sin ayuda?
Pregunta 5: ¿Le temes a las evaluaciones sobre el rendimiento en el trabajo?
Pregunta 6: ¿Te cuesta intentar una actividad completamente nueva?
Podrías tener rasgos del síndrome del impostor. Te cuesta aceptar tus logros y consideras que todo debe ser perfecto desde el inicio. Los errores significan una gran frustración, y sueles sentir que llegaste hasta donde estás por un golpe de suerte.
Es momento de confiar más en tus capacidades y creer que eres capaz de estar a la altura de las circunstancias. Valora lo que lograste hasta ahora, incluso los errores, porque son un método infalible de aprendizaje.
El síndrome del impostor podría estar rondándote. A veces sientes que te falta lo necesario para lograr lo que te propones y eso podría atentar contra las metas y proyectos que anhelas llevar a cabo.
Estás en un momento ideal para recibir esto como una alerta y empezar a cuidar tu autoestima antes de dejar pasar oportunidades valiosas por sentir miedo a arriesgarte.
Vas por buen camino. Tus respuestas evidencian que estás escapando al síndrome del impostor. Te permites valorar tu esfuerzo y te desempeñas con gran confianza en diferentes situaciones y escenarios. Conoces tus debilidades, pero también tus capacidades, por lo que te arriesgas y tratas de no perder oportunidades.
Implementa estas 4 acciones para revertir el síndrome del impostor:
Para afrontar el síndrome del impostor debes evitar ignorar tus emociones. La mejor manera de combatirlo es reconocer que te sientes mal, validar que es normal y aceptar que esos sentimientos no están basados en la realidad.
Generalmente, el síndrome del impostor no se basa en hechos objetivos, por lo tanto, debes concentrarte en los hechos reales para combatir este trastorno.
Revisa tus proyectos más recientes para comprobar si tus sentimientos se basan en los hechos, si es así, habrás identificado algo concreto en lo que puedes trabajar y mejorar. Si no es así, úsalo para recordarlo cada vez que sientas que no eres lo suficientemente bueno.
Un síntoma común del síndrome del impostor es compararte con tus compañeros y pensar que tu trabajo no llega a ser tan bueno como el de ellos.
En lugar de compararte, fíjate qué puedes aprender de ellos. Si bien es cierto que hay personas de tu equipo que son mejores que tú en algunos aspectos tú lo eres en otras áreas. Esto genera la oportunidad para que puedas aprender de tus compañeros y ayudarse mutuamente a tener éxito en sus funciones.
Busca un mentor
Intenta mejorar tus habilidades duras y blandas. Esto te ayudará a aumentar la autoconfianza y la motivación.
Una excelente manera de hacerlo es encontrar un mentor. Puede ser alguien de tu empresa o de tu campo de especialización que pueda brindarte consejos prácticos y apoyo.
El entorno tiene la capacidad de influir en nuestro estado de ánimo en general. Incluso nuestra creatividad y productividad puede verse disminuida o incrementada dependiendo del tipo de ambiente en el que nos encontremos.
Esto significa que, un buen ambiente laboral no solo es determinante para obtener bienestar y potenciar nuestras fortalezas. También puede ser clave para aumentar nuestra autoestima y reconocer nuestra valía como persona en general.
Por lo tanto, un buen ambiente positivo y de crecimiento puede ayudarnos a reducir la inestabilidad provocada por el síndrome del impostor y comenzar a sentirnos merecedores de cada éxito que cosechamos.
¿Crees que puedas estar experimentando el síndrome del impostor? Para superarlo, como hemos visto, primero resultará primordial descubrir si realmente lo padeces.
Por otro lado, la aceptación de emociones es fundamental también. Por ello, te animamos a observar tus emociones, tus comportamientos, tratar de centrarte en los hechos y buscar un entorno que pueda contribuir a tu motivación y bienestar.
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