Niveles de estrés y cómo eliminarlos
31 ago 2020 Bienestar e Inspiracion Por: Isabella Jiménez
En definitiva, la mente y el cuerpo están conectados, por lo que es indispensable aprender a identificar las situaciones que generan angustia o preocupación para así trabajar en ello y evitar consecuencias a corto, mediano o largo plazo. En el siguiente artículo se mencionan algunos consejos para combatir el estrés y alcanzar un bienestar emocional y físico.
Las personas enfrentan de forma distinta los momentos de incertidumbre. Por ello, las empresas deben entender que cada colaborador experimenta emociones y niveles de estrés diferentes. La importancia de este tema radica en que muchas veces la gente presenta problemas de salud a causa del estrés, los cuales se pueden manifestar con la pérdida de cabello y la aparición de protuberancias o irritaciones en la piel.
¿Cuáles son los tipos de estrés?
Los niveles de estrés varían dependiendo de la situación en que cada persona se encuentre. Se dividen principalmente en 3 tipos:
Estrés agudo
Es la forma más común de estrés. Su causa principal es el sometimiento a una alta exigencia o presión, ya sea por el trabajo, o en la vida diaria. Algunos ejemplos de situaciones que provocan este tipo de estrés son plazos de entrega que se deben cumplir, pérdida de un contrato importante, resolución de exámenes finales, un accidente automovilístico, entre otras. Ante un estrés agudo es probable que surjan dolores de cabeza tensionales y malestar en el estómago.
Estrés agudo episódico
Se presenta cuando una persona tiene estrés agudo de forma constante, es decir, varias veces al mes. También se le conoce como el estrés del caos y la crisis, ya que aparece en personas que siempre están apuradas por cumplir compromisos o están llenas de responsabilidades sin tener oportunidad de conseguir una buena organización. En estos casos, es común que aparezca irritabilidad o mal humor, agitación, ansiedad y tensión.
Estrés crónico
Generalmente aparece cuando no se puede afrontar una situación extremadamente compleja o se considera que no hay una salida a algún problema. Suele durar varias semanas o meses, razón por la que se considera crónico. Se caracteriza principalmente por ser agotador para la persona, impidiéndole llevar a cabo su vida de manera normal, lo que vuelve indispensable contar con el apoyo de un especialista.
Sin duda, existen varios eventos que pueden desencadenar algún tipo de estrés —pérdida de un ser querido, cantidades exageradas de trabajo, el diagnóstico de una enfermedad o hasta una separación matrimonial—, aunque el nivel de impacto también dependerá de la forma en que cada persona afronte los problemas.
Aun así, no cabe duda que la preocupación principal de muchas personas en este momento es lo relacionado con la pandemia y al regreso a esta "Nueva Normalidad", por lo que es importante aprender a identificar el nivel de estrés y a controlarlo.
¿Cuáles son los síntomas principales?
Los síntomas del estrés se reflejan en el cuerpo tarde o temprano. No combatirlo a tiempo puede traer terribles consecuencias físicas y emocionales como las siguientes:
- Problemas estomacales como diarrea o estreñimiento.
- Dolores corporales frecuentes.
- Mala memoria para cosas simples Migrañas, cefaleas o dolores de cabeza.
- Falta de energía.
- Pérdida de la concentración.
- Poco deseo sexual.
- Mandíbula y cuello rígidos que con el tiempo generan dolor.
- Cansancio constante, incluso sin haber realizado actividad física.
- Trastornos durante el sueño, como dormir poco o demasiado.
- Problemas con el alcohol u otras sustancias al considerarlas como un "relajante".
- Pérdida o aumento considerable del peso.
También es importante resaltar que toda condición negativa de salud puede empeorar con la aparición del estrés, ya que los hábitos se modifican.
¿Qué hacer para combatir el estrés?
Recuperar un estado de bienestar después de tener episodios extremos de estrés puede parecer complicado. Sin embargo, llevando a cabo los siguientes consejos será más fácil prevenirlos.
- Reconocer la presencia del estrés. De esta manera, se pueden iniciar una serie de acciones para disminuirlo o eliminarlo por completo, como salir a caminar unos minutos o realizar algunos estiramientos.
- Identificar las situaciones que provocan el estrés. Esto ayudará a establecer prioridades para saber cómo actuar y en qué momento hacerlo.
- Enfocarse en terminar actividades pendientes no recurrentes, empezando por las más importantes del día.
- Aprender a delegar y a distribuir el trabajo entre los miembros del equipo, así nadie quedará saturado.
- Realizar actividades fuera de la rutina, como pintar, cantar o cocinar, y probar nuevas actividades físicas. Esto ayudará a liberar serotonina, la hormona de la felicidad, y a despejar la mente.
- Mantener una alimentación saludable. Hay que incluir variedad de frutas, vegetales y cereales integrales, así como evitar el consumo excesivo de tabaco, alcohol y cafeína.
- Incorporar técnicas de relajación ayudará a mantener una actitud positiva. Algunas de ellas son respirar de forma profunda y consciente, meditar durante el día, hacer yoga o tai chi, desconectarse del mundo virtual al menos 30 minutos antes de dormir, entre otras.
- Descansar lo suficiente para reponer energías y evitar alterar los nervios por falta de sueño. Para ello, es importante establecer un horario para dormir y respetarlo diariamente.
- No descuidar los sentimientos ni las emociones. Expresarlas ayudará a prevenir otras enfermedades como depresión o ansiedad.
- Mantener activas las relaciones afectivas (familia, amigos, pareja), ya que brindan apoyo y distracción frente a los altibajos de la vida.
Siguiendo estas prácticas es posible disminuir los niveles de estrés que se viven en el día a día. Sin embargo, el cambio depende de cada persona y del esfuerzo que haga para mantenerse a flote en circunstancias como las actuales. #IZAContigo.
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